Todos sin excepción enfrentamos la vida como el marco para la búsqueda de nuestros anhelos más profundos, que en general se pueden resumir en dos aspectos: “encontrarse con el Amor y la Felicidad”. El ser humano haciendo uso de su intuición, desde siempre ha pre-sentido que estas son las dos más grandes lecciones que le dan sentido al propósito de su existir.
La confusión básica, ha estado centrada en no comprender el sencillo método de prueba y error que tiene el universo y la vida para apoyar los diseños pedagógicos de los hombres, así como el desconocimiento del proceso natural y necesario que se requiere experimentar para pasar de la inocencia a la sabiduría.
INOCENCIA —-> IGNORANCIA —-> SABIDURÍA
Muchos son lo que hablan de las bondades de la inocencia, como si fuera el estado ideal del ser. En realidad, es un estado de mucha belleza, si se tiene en cuenta que un ser inocente es aquel que carece totalmente de información y conocimientos, tal como lo es un hermoso bebé recién nacido, el cual está totalmente a merced del sustento físico-emocional, mental y espiritual que le puedan dar sus padres o adultos a su cargo. Este es el estado inicial del proceso de auto-transformación, al cual se le llama “Inocencia”. Un ser inocente, es un ser puro debido a que aún no ha sido contaminado por la información cultural del medio y el sistema de creencias casi siempre limitante. No es responsable por las decisiones que se toman en su nombre, pues de hecho él carece de la información necesaria para poder tomar decisiones y menos podrá asumir las consecuencias que de sus actos se deriven.
La buena noticia, es que el estado de inocencia no dura mucho en el Ser humano. Vemos que los niños a muy temprana edad empiezan a hacer suya la información cultural ancestral transmitida de generación en generación, asumiendo ideologías, hábitos, costumbres y comportamientos basados en las creencias específicas que forman su mundo mental particular. A esta etapa del proceso de auto-transformación se le llama “Ignorancia”, es la etapa donde el ser humano se contamina completamente de ideas que aún no han sido verificadas como verdades. Nos movemos por el mundo y tomamos decisiones desde creencias limitantes que generan resultados en nuestras vidas de sufrimiento, angustia, soledad e insatisfacción. Creemos en esta etapa del camino que las dificultades y lo que llamamos problemas se generan fuera de nosotros, por tanto, responsabilizamos al mundo, la vida y a otros de lo que inconscientemente generamos en nuestras vidas.
Podemos creer falsamente que el estado de ignorancia tiene algo de “malo” y que es mejor evitarlo, sin embargo, como todo lo que experimentamos, esto también es absolutamente necesario y es el estado ideal donde podemos entrenarnos para a través del método de prueba y error empezar a hacernos conscientes que cada uno de los resultados que estamos obteniendo en nuestras vidas es a causa de las decisiones que libremente tomamos. Solo a través del error podemos aprender que es aquello que no funciona para lograr obtener los resultados que deseamos y de esa manera abrirnos a probar nuevas opciones.
Puede que seamos inconscientes aun cuando tomamos las decisiones que tomamos, pero eso no nos exime de los resultados que generamos en nuestra propia vida.
Llega un momento en que nos cansamos de chocar contra la vida, nos cansamos de hacer resistencia a las situaciones y personas que están presentes y nos confrontan con nuestro malestar interior, a este maravilloso momento se le conoce como el estado de “Saturación”. Ahora es cuando el hombre siente la necesidad de verse a sí mismo, buscar nuevos métodos de acción que generen resultados diferentes y más satisfactorios. Por primera vez asume su vida, se hace responsable de sus actos y los resultados que genera. Se hace consciente que siempre ha cosechado de aquello que ha sembrado y que, si desea cosechar amor, paz y felicidad, el primer paso será hacer una siembra consciente de nuevas semillas llenas de amor, paz y felicidad.
Del entrenamiento entusiasta, continuo y consciente de la práctica del método de prueba y error, que nos invita a fluir con aquello que funciona y genera los resultados deseados, dejamos de hacer resistencia a la vida y dejamos de sostener creencias que comprobamos a través de resultados que no son verdaderas.
Finalmente, este será el momento en que iniciemos la etapa de “Sabiduría”, donde limpiemos totalmente nuestra mente del sistema de creencias limitantes y demos paso a las certezas, que generan siempre resultados de Amor, Paz y Bienestar.
En esta etapa se retorna a la pureza, pero ya no desde la Inocencia del que nada sabe, sino desde el que ha limpiado se mente de las creencias de su propia Ignorancia y se mueve desde el Saber generado por los resultados comprobados en su experiencia.
Son los resultados los que muestran la sabiduría que habita en un ser humano, no las ideas, las creencias, las teorías, la ilustración, el estudio, ni el conocimiento. Es esta la razón por la cual la sabiduría no se puede enseñar, ya que es la consecuencia de un proceso de desarrollo interior personal, que requiere entrenamiento, dedicación y mucho entusiasmo.